Pruebas contundentes

Mingo Ce, el más reciente de los miembros estables de El Club del Pez y fuertemente resistido dentro de la institución, estaría trabajando a las órdenes del presidente en un intento de autogolpe. En las últimas horas aparecieron pruebas que acreditan la relación entre el citado individuo y Héctor Veira: una imagen fotográfica (que aquí se adjunta) da cuenta del momento en que el ex futbolista le realiza un pedido de efedrina, en la puerta misma de una farmacia (nótese el cartelito que dice "Nopucid"). Resulta vergonzoso que el presidente de El Pez mire para otro lado ante las acusaciones de la oposición.

Decretos presidenciales

Cada vez más afecto a los tan cuestionados y poco democráticos decretos presidenciales, la autoridad máxima de El Club del Pez dio a conocer nuevas resoluciones que serán promulgadas sin debate parlamentario. Luego de ver el acto en el que CFK resaltó la figura de Raúl Alfonsín, Freddy Go no quiso ser menos y decidió homenajear en vida (antes de que sea tarde) a Alfredo Mo, ascendiéndolo a miembro estable de la institución. En el mismo decreto, el presidente de El Pez resolvió que Hernán La (quien se jacta de haber sido el fundador de nuestra querida institución) finalmente sea destituido con deshonra y abucheos.

Monono Gu se mostró sumamente excitado con su próximo periplo: viajará en pocas horas más a "Capital Federal" (todavía no se enteró que ahora es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) por la empresa Pulky y está convencido de que en el ómnibus hay cama, mesita de luz, azafata, almuerzo, desayuno ("una medialuna caliente", aseveró) y hasta el diario gratis ("¿hay uno para cada uno o tengo que compartirlo?", preguntó). Tan entusiasmado estaba que cuando escuchó que alguien en el bar gritaba "¡vamos!" se asustó pensando que era el chofer del Pulky que se iba y lo dejaba en el parador de San Pedro.

Incertidumbre

Por estos días, nuestro querido Club del Pez atraviesa un período de inestabilidad política.

Un Contra-Pez organizado por un ex presidente de esta institución dejó un sabor amargo en algunos de los integrantes del Pez, que no sólo pidieron la cabeza del "traidor" (al que incluso apodaron socarronamente Fisucleto) sino también su expulsión del Quini 6 comunitario que se viene llevando a cabo desde hace largo tiempo con escasísima fortuna. Todo parecía encaminado a la ignominiosa expulsión del citado integrante, pero nuestro actual presidente, Freddy Go, comenzó a dar pasos en falso.

Primero se mostró dispuesto a una razonable salida consensuada democráticamente, luego ensayó distintos discursos de ocasión y finalmente terminó resolviendo por intermedio de un decreto de necesidad y urgencia (el cual no está contemplado en la Carta Magna de la institución) que si el acusado está al día con el pago del Quini 6 seguirá participando del juego de azar y que la situación procesal de Sebastián Me se resolverá en la reunión extraordinaria a celebrarse recién a fin de año.

La determinación de neto corte autoritario del mandamás de la institución motivó airadas voces de repudio puertas adentro del Club del Pez, a lo que Freddy Go respondió con la anulación de los próximos comicios presidenciales.

Los aires de renovación que envolvieron la asunción de Freddy Go se esfumaron de la noche a la mañana y la inestabilidad política de El Club del Pez se hizo evidente. Mientras el flamante miembro Mingo Ce parece dispuesto a dar sustento la sorpresiva tendencia fascista de la actual cúpula gubernamental, la oposición promete hacer escuchar sus reclamos "por las buenas o por las malas".

¿Contará el presidente con el respaldo necesario para terminar en paz su gestión y entregar la banda a su sucesor? ¿Terminará sus días el gobierno de Freddy Go como De la Rúa, escapando en helicóptero en medio de la incertidumbre y la desazón? ¿Primará la razón y llegarán a un acuerdo razonable las distintas facciones de El Pez? ¿Llegará la sangre al río?